Hilary Hahn y Deutsche Kammerphilharmonie Bremen en el FIS de Santander con obras de Mozart y Schubert

MÚSICA

Gabriel Alonso García

  • Omer Meir Wellber dirigirá el miércoles y el jueves a la orquesta alemana en las dos veladas que cierran la 72 edición del Festival Internacional de Santander (FIS), la primera con la violinista estadounidense y la segunda con el Coro Andra Mari (imagen de portada) y destacados cantantes solistas en un programa final con Haydn y Beethoven.

La violinista estadounidense Hilary Hahn y la Deutsche Kammerphilharmonie Bremen bajo dirección del israelí Omer Meir Wellber serán los grandes protagonistas de la penúltima sesión del FIS en la Sala Argenta del Palacio de Festivales de Santander, Cantabria, con un programa que en casi su totalidad está integrado por obras que los compositores austriacos Wolfgang Amadeus Mozart y Franz Schubert crearon siendo muy jóvenes.

Así, un programa que ya inicialmente era muy vienés, ahora lo es más, tras la imposibilidad de que Hahn estrene la prevista obra de nuevo encargo (el Concierto para violín y acordeón 'Labyrinthe du temps' de la uzbeka Aziza Sadikova), ya que la solista se ha estado recuperando del covid-19 y no le ha sido posible terminar su preparación para esta composición, que es de este modo sustituida por la primera sinfonía mozartiana.

Meir Weber y Deutsche Kammerphilharmonie Bremen se ocuparán también pasado mañana, jueves 31, de la clausura del FIS, con un programa de Haydn y Beethoven y la participación de la Coral Andra Mari y destacados cantantes como Heidi Stober, Cecilia Morinati, Martin Mitterrutzner y Stefan Cerny.

Hilary Hahn y Omer Meir

El FIS vende un ticket combinado con mejor precio, para el público que desee asistir a ambas sesiones finales del festival santanderino.

Del niño Mozart al joven Schubert

La sesión del miércoles se abre con Mozart y se cierra con Schubert. Aunque la ópera mozartiana Don Giovanni, una de las más representadas en todo tiempo en el circuito mundial, se estrenó en Praga en 1787, con un libreto de Lorenzo da Ponte basado en la obra de Tirso de Molina El burlador de Sevilla, y por tanto pertenece a la madurez del compositor, el resto del programa de esta penúltima velada del FIS 2023 es plenamente juvenil. Así el Concierto Turco (Concierto para violín n.5 en La mayor) se estrenó en las Navidades de 1775 en su Salzburgo natal, cuando Mozart (1756-1791) contaba entonces solo 19 años de edad.

El manuscrito autógrafo de esta obra se conserva en la
Biblioteca del Congreso de Estados Unidos. Se trata de una obra melódicamente muy rica, y que nos presenta tanto ecos del virtuosismo barroco en vías de extinción, como los primeros atisbos de romanticismo, sobre todo en el tercer movimiento, un sentido rondó que pone a prueba la sensibilidad y destreza del solista, y de cuyos rasgos formales procede el sobrenombre de 'turco'. El célebre Rondó alla Turca de la sonata n.11 para piano (la famosa 'Marcha turca') también sería compuesto por Mozart en la tonalidad de La mayor.

En cuanto a la Sinfonía número 1 en Si bemol mayor, K.16, dura unos diez minutos en tres movimientos (Molto allegro, Andante y Presto) y Mozart la compuso en 1764, a la asombrosa edad de 8 años. Ya entonces se había ganado fama continental como
niño prodigio, un Wunderkind.

La sinfonía fue escrita en el número 180 de Ebury Street, en la localidad londinense de Chelsea, donde, durante la gran gira familiar por Europa, se habían alojado para que el padre, Leopold, curase una infección. La obra fue influida por uno de los hijos de Bach, Johann Christian, que trabajaba en la capital británica y a quien el niño Mozart conoció durante su estancia. Algunos motivos musicales de esta primera sinfonía reaparecerán en otras posteriores, como la 33 o la 41 y última de todas (Júpiter). Durante su infancia, Mozart compuso 13 sinfonías.

El manuscrito original de esta primera se conserva en la
Biblioteca de la Universidad Jagellónica de Cracovia. Se da la circunstancia de que el FIS se cierra el jueves 31 con la Sinfonía n.1 en Do mayor, Op. 21, de Beethoven, por lo que el público de esta edición habrá podido escuchar los dos estrenos sinfónicos de ambos compositores, sin olvidar que se ha interpretado también otra primera, la de Gustav Mahler. (Y dos cuartas en una misma sesión, las de Beethoven y Sibelius).

Esta velada del miércoles en el FIS se despide con la Sinfonía n.2 en Si bemol mayor de Franz Schubert (1797-1828), que fue compuesta casi en coincidencia con las últimas batallas en las que la coalición europea
derrotó a Napoleón Bonaparte y frustró un imperio continental dominado por Francia.

Estas primeras sinfonías schubertianas habrían de ser, al correr del tiempo, muy elogiadas por
Antonin Dvorak, que apreciaba la influencia de Haydn y Mozart en ellas, pero también la habilidad individual del joven compositor, que al escribir esta segunda sinfonía contaba solamente 17-18 años, lo que da muestra de su extraordinario y precoz talento. Schubert compuso nueve sinfonías (dejando inacabada la octava) entre 1813 y 1826.

Esta segunda suele ser considerada como
la más alegre de todas, pues, aunque el minueto del tercer movimiento se compuso en una tonalidad menor (al estilo de la Séptima de Beethoven), el conjunto de la obra transmite optimismo y energía.

La primera representación pública de que se tiene constancia tuvo lugar en Londres, medio siglo después de fallecer su autor, gracias a la labor del
musicólogo inglés Sir George Grove (1820-1900), un apasionado de Schubert que redescubrió en Viena Rosamunda y algunas sinfonías caídas en olvido.

La cita será el miércoles 30 y el jueves 31 de agosto a las 20:30 horas en el Palacio de Festivales de Santander.