‘Huerta y campo. Dos obras de Carlos Valenciano’ en el Museo de la Ciudad de Murcia

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Una microexposición en el espacio ‘Hoy enseñamos’, con dos paisajes de Carlos Valenciano Gayá, forman parte de la colección pictórica del Museo de la Ciudad de Murcia, y que se puede visitar hasta el domingo 3 de diciembre de 2023.

Durante el siglo XX se inició el costumbrismo, género artístico que bebía del romanticismo del siglo anterior pero sin interés por lo atormentado o por lo dramático: el costumbrismo o regionalismo se basaba en la representación del entorno cotidiano, de tipos populares, de paisajes cercanos.

Además, el desarrollo de la fotografía entre finales del XIX y principios del XX hizo que los artistas perdieran interés por el retrato pictórico, pero en primera instancia no hizo que se apartasen del arte figurativo. Había un interés por el color y por la luz, como en el movimiento impresionista. De todo eso hay en las obras de Carlos Valenciano Gayá y de otros pintores de la misma época y estilo, como José María Almela Costa, una de las grandes figuras del costumbrismo murciano.

En esta exposición se muestran dos obras de Carlos Valenciano Gayá pertenecientes a la colección pictórica del Museo de la Ciudad, cada una representando un paisaje del municipio murciano: uno de huerta y otro de campo. Se trata de ‘Paisaje de la Albatalía’ (1954, óleo sobre lienzo) y de ‘Paisaje rural’ (1954, óleo sobre lienzo). En el caso del primero, su ubicación habitual es el salón de actos, mientras que el segundo se conserva en nuestro depósito de obra original.

En ambos cuadros, Valenciano Gayá sigue la línea del naturalismo costumbrista, de la búsqueda del color y de la impresión de la luz en el paisaje. En el paisaje de huerta, el blanco de la casa refleja la luz del sol, un sol bajo, y sobre la pared encalada vemos la sombra recortada de las cañas. Bajo el cielo azul intenso, una acequia, una casa con terrado y porche, un horno.

En el paisaje rural sí incluye el pintor la figura humana con dos personajes femeninos, y por contraste con el anterior paisaje, aquí vemos nubes en el cielo, casas de piedra con chimenea y los surcos creados por las corrientes de agua de lluvia en el camino.

Alrededor de la huerta murciana se ha creado una poética, una mística por su naturaleza exuberante, por el paisaje, por la belleza del agua y por los productos de la tierra ya desde época andalusí, con descripciones que la comparaban con un paraíso. Sin embargo, también ha sido y es un espacio duro, de trabajo, de escasez, de riesgos como las riadas o las epidemias.

Lo mismo puede decirse del campo y sus labores, con sus ciclos y con su dependencia de las estaciones y del tiempo. Además, en el caso del campo debemos subrayar que se trata de un entorno menos conocido y menos relacionado con la imagen popular que se tiene del municipio de Murcia, aunque forme parte indisoluble de él y de su idiosincrasia, y, por lo tanto, necesite de una atención mayor.

Carlos Valenciano Gayá (1910-1966) comenzó a trabajar muy joven como administrador de ferrocarriles, y más tarde, como aparejador. Fue un personaje muy activo en la vida económica y social, al igual que su hermano, el afamado médico psiquiatra Luis Valenciano Gayá. Carlos era pintor por vocación y afición más que como profesional.

En lo artístico, siguió la línea de Almela Costa en el ámbito del naturalismo costumbrista: pintaba del natural, salía a pintar a la huerta y al campo, pintaba lo que veía. Sus obras se centran en la búsqueda del color y de la impresión de la luz en el paisaje.